Censurando la Literatura


El archivo de la Dirección de Inteligencia de la provincia de Buenos Aires, organismo que se encargó del seguimiento y la persecución de ciudadanos a los que clasificaban como “delincuente social”, “delincuente político” o “delincuente subversivo”, por una ley del 2000 fue cedido a la Comisión Provincial por la Memoria por 99 años.

La Comisión Provincial por la Memoria abrió en el 2003 estos documentos secretos y confidenciales a la consulta pública.

Con el fin de de ampliar su acervo documental y poner estos materiales a disposición del público, la Audiovideoteca de Escritores de Buenos Aires, institución dependiente del Gobierno, solicitó a la comisión todos los legajos de los escritores perseguidos por la Dirección de Inteligencia, entre ellos se encuentran, Haroldo Conti, Eduardo Galeano, Roberto Cossa y Eduardo Pavlovsky, quienes fueron vigilados, difamados y calumniados por los asesores literarios del organismo de Inteligencia.

Un poco de memoria…

El legajo 17.470 se titula “Antecedentes ideológicos de artistas nacionales y extranjeros que desarrollan actividades en la República Argentina. Se puede entender esto como una extensión del documento de identidad, hecho por los militares, para la vigilancia, seguimiento, control y censura de los artistas de las letras.

Haroldo Conti

En el legajo 2516, elaborado en 1975 por la Asesoría Literaria de la Direccion de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires, se analiza “Mascaró, el cazador americano”, de dicho autor. Según el documento, la novela “propicia la difusión de ideologías, doctrinas o sistemas políticos, económicos o sociales marxistas tendientes a derogar los principios sustentados en nuestra Constitución Nacional”. Las supuestas actitudes del escritor, extraídas de la trama de la novela, son calificadas como apologéticas, respecto de los revolucionarios y guerrilleros, y como críticas o negativas, respecto de la represión, de la tortura indiscriminada y de la Iglesia Católica. El informe llega a la conclusión sobre los contenidos de Mascaró, el Cazador Americano, en la cual afirma que el libro “presenta un elevado nivel técnico y literario” y se añade que Haroldo Conti, “luce una imaginación compleja y sumamente simbólica”, también se detalla que, “la novela consiste en las aventuras de un grupo de ‘locos’ que adquieren un circo (llamado Del Arca) y viajan por distintos pueblos (todos en estado de miseria y despoblación, donde aparece el ‘edificio’ de la Iglesia, pero nunca ningún sacerdote), y van ‘despertando’ en los pueblos que visitan el espíritu de una ‘nueva vida’ o bien podría interpretarse ‘una vida revolucionaria’. La novela es muy simbólica, contada además en un tono épico, no definida en sus términos, pero con significados que dan lugar a pensar en su orientación marxista (apoyada por la Editorial Casa de las Américas, de La Habana, Cuba).” Sin embargo el informe destaca

que “no existe una definición terminológica hacia el marxismo”, el redactor de dicho texto opina que “la simbología utilizada y la concepción de la novela demuestran su ideología marxista sin temor a errores”.


Eduardo Galeano

Uno de los libros del escritor uruguayo, Eduardo Galeano, fue “Las venas abiertas de América latina”, debido a que constituía “un elemento de enseñanza y adoctrinamiento marxista”. Entre los motivos que señala el informante se destacan, la “exaltación de Túpac Amaru como padre de todos los pobres y de todos los miserables desvalidos”, y las citas de Marx, de Engels, de Lenin y de Perón.

Además se destacan las críticas hacia el Imperialismo, las clases dominantes, el capitalismo, la propiedad privada, la Iglesia y las monarquías española y europeas, el presidente Onganía y las oligarquías latifundistas del país.

La conclusión de dicho informe señala que, “si bien el libro está basado en hechos y circunstancias reales, y su fundamentación es bastante extensa, la utilización de estos elementos es tendenciosa y observada desde el punto de vista materialista (marxista), donde la unilateralidad lleva a la causalidad a desvirtuarse y diluirse”.


Roberto Cossa

El primer detalle que se registra acerca del dramaturgo argentino, Roberto Cossa, son sus actividades en una mesa redonda en la que participó el 12 de agosto de 1958, organizada por la Casa de la Cultura Argentina. A continuación del nombre de la institución y entre parentesis, el informante pone la palabra “comunista”. También advierte que el autor de “La nona” figura como adherente en una declaración emitida por Casa de las Américas el 31 de agosto de 1965, contra la ocupación estadounidense en Santo Domingo.

En el informe se destaca que durante un ciclo de conferencias sobre el tema ‘Nueva Ola en la Dramaturgia Argentina’, “el causante manifestó: ‘Yo hago política, porque todo es política en la vida y todo autor hace política’.” Ademas se señala que el autor, figuraba en la nómina de ciudadanos argentinos que viajaron a Cuba. Además se transribe un parrafo de una nota publicada por un medio en la que el Cossa expresaba “Reconozco que tengo ecos de Chejov. ¡Pero cómo no tenerlos, si lo más parecido a la clase media rusa antes de la revolución es la burguesía argentina!”. Algunas citas aparecen en el informe subrayadas, símbolo de lo supuestamente “peligroso” de esas palabras.

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